Album: A Un Idolo
uiste mía,
sólo mía,
mía, mía,
cuando tu piel era fresca
como la hierba mojada.
Fuiste mía,
sólo mía,
mía, mía,
cuando tu boca y tus ojos
de juventud rebosaban.
Fuiste mía,
sólo mía,
mía, mía,
cuando tus labios de niña
mis labios los estrenaban.
Fuiste mía,
sólo mía,
mía, mía,
cuando tu vientre era aún
una colina cerrada.
Lo mejor de tu vida
me lo he llevado yo,
lo mejor de tu vida
lo he disfrutado yo.
Tu experiencia primera,
el despertar de tu carne,
tu inocencia salvaje,
me la he bebido yo,
me la he bebido yo.
Fuiste mía,
sólo mía,
mía, mía,
cuando tu cuerpo era espiga
de palma recien-plantada.
Fuiste mía,
sólo mía,
mía, mía,
cuando cerrabas los ojos
apenas yo me acercaba.
Fuiste mía,
sólo mía,
mía, mía,
cuando temblaban tus manos
tan sólo si las rozaba.
Fuiste mía,
sólo mía,
mía, mía,
cuando tu ayer no existía
pensabas sólo en mañana.
Lo mejor de tu vida...