Album: Bienvenidos a la época iconoclasta
Esta noche es la noche de las fieras,
de que los monstruos, los leones y las panteras
que me siguen trepando en los rencores,
yo las aplasto y les cierro la cancela.
Irte es tu misión,
mi cachito de pan,
de corazón, estiércol y plastilina.
Te sirve escapar, perderte como el gas
por eso yo te canto esta letrilla:
Los vecinos de abajo de mi calle
siguen escondidos,
los escucho hacer ruido
y se funden con la ciudad.
Yo en cambio me limpio las llagas
y las cerillas de mis oídos,
me quedo en el boquete
y me entretengo con tu blusa y la música.
Lecturas poéticas y raras
para los vagos
del cuarto piso.
Me quedo sin almendras
que me corten la cabeza, soy un bicho.
Que se alimenta de canciones muy flamencas
y va detrás de los cangrejos,
que son capaces de cortarte los pies
por si algún día te escapas no poder correr.
Y perderme de ti,
yo soy el niño lombriz,
tú eres la línea marrón.
Yo soy un cuervo y tú eres nada para mí,
yo sigo mi camino bajo el sol.
Se libra una batalla de microbios en la ciudad,
se lía una gorda cuando sacan marionetas de cartón.
Yo me entierro y me pierdo por la tierra,
paso de la situación,
me gusta porque toco Trebujena y me siento mejor.
A veces me hizo daño una mezcla de sulfuro
que me echaron en el licor
el día anterior.
Y si me faltara aire yo romperé la tele para verte.
Se comen el chorizo a pellizcos antes del último día,
con las venas estrechas por el colesterol,
me escondo del dentista aquí no hay sitio para dos.
Si me pierdo contigo,
volver a ser un vampiro,
amigo de los porcinos.
Yo soy candela para tu amargo corazón
y tu eres gas butano en mi camino.
Gas butano es tu destino,
gas butano clandestino
.