Salimos de la ciudad al caer la tarde,
todo listo en el coche está,
guitarras y ropa para tocar esta noche,
un montón de letras hay que pagar.
Andamos tragando y tragando kilómetros,
las botellas corren sin parar,
de repente el car se para,
pues la gasolina a cero está.
Colgados en la carretera,
pero hay que moverse de aquí.
Colgados en la carretera,
hay que llegar hasta el fin.
Nos toca bajarnos y a buscar combustible,
con una lata echamos a andar,
la gasolinera más cercana que encontramos,
a más de diez kilómetros está.
Volvemos helados, y ya es medianoche,
echamos el líquido al motor,
todo es inútil, el trasto no arranca,
pues la batería se enfrió.
Colgados en la carretera...
Sentados en el suelo esperando un milagro,
y la salvación apareció,
en forma de taxi que volvía de un pueblo,
y por siete talegos nos montó.
Llegamos al local a las tres pasadas,
entramos dispuestos a tocar,
el dueño nos dice: lo siento, no hay concierto,
faltan diez minutos para cerrar.
Colgados en la carretera...
Colgados en la carretera...