Yo nunca perdí el acento,
mi viejo acento del Sur,
y aunque muy lejos me encuentro

hablo y pienso en andaluz
porque me sale de dentro.

ESTRIBILLO:
Déjame hablar como quiera,
que me exprese a mi manera
lo mismo que lo haces tú;
habla tú como prefieras
que yo hablaré en andaluz.

El nombre de Andalucía
tiene en mi pecho un altar
y una pasión encendía
que no podrás apagar
porque esa tierra es la mía.

Tu tierra me dio cobijo
cuando del Sur me alejé,
luego el destino bendijo
que fuese mía también
cuando nacieron mis hijos.

Mi acento es de Andalucía
y no lo pienso cambiar
porque a la vez cambiaría
mis señas de identidad,
mi vieja filosofía.

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