Regresaba de mi tierra
y al cruzar por la frontera
me pregunta un oficial
que cumpliera mis deberes
que si yo tenía papeles
se los tenía que enseñar.
Y mientras los revisaba
escuché que murmuraba
algo que me hizo enojar
ya con tantos emigrados
muchos norteamericanos
no pueden ni trabajar.
Le dije muy enojado
eso que tú haz murmurado
tiene mucho de verdad
los latinoamericanos
a muchos americanos
le han quitado su lugar.
Si muy duro trabajamos
tampoco no nos rajamos
si la vida hay que arriesgar
en los campos de combate
nos han echado adelante
porque sabemos pelear.
Aquí nacieron mis hijos
que ignorando los prejuicios
y la discriminación
su patria los reclamaba
y en el campo de batalla
pusieron el corazón.
Allí nadie se fijaba
que Hernández ellos firmaban
eran carne de cañón
quizá mis hijos tomaron
el lugar que no llenaron
los hijos de algún sajón.
Si en la nómina de pago
miras tú con desagrado
mi apellido en español
lo verás en otra lista
que a la hora de hacer revista son perdidos en acción.
Mientras esto le gritaba
el emigrante lloraba
y dijo con emoción
puedes cruzar la frontera
esta y las veces que quieras
tienes más valor que yo.
(Gracias a Julia por esta letra)