Repudiada por todos camina triste y descalza,
y unos trapos mas viejos que el tiempo cubriéndola van.
Con ternura acaricia su vientre y susurra en silencio:

"¿Sangre de mi alma, de tí qué será?"

Dicen que es una loca perdida en la gran ciudad,
nadie sabe de su historia, esa es la verdad.

Dicen las malas lenguas de la gran sociedad,
que a esa madre soltera nunca perdonarán.

Ella no es culpable, no la deben condenar,
ella es una niña y su error fué sólo amar.
Ella no es culpable, un cobarde se burló de su gran cariño y dignidad.

Les pido que no tiren piedras, todos hemos pecado,
recuerden que hasta a Magdalena Dios la perdonó.

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