Aunque trates de atarme las alas con tus artimañas,
no me detendrás,
ni pormesas, ni chantages

y aunque me amenaces me voy.

Ahora date cuenta
que ya no soy el tonto, iluso y fiel,
que se dejó humillar,
sólo por coneguír de tí amor sincero.

Eso ya pasó a la historia,
ahora tengo la gloria
de otros brazos.

Mírate al espejo y le preguntas si en verdad
no me querías,
hoy no está lloviendo y se humedecen
tus mejillas.

Mírate al espejo y reclámale a tu alma
tus tonterías,
porque verme ajeno llorarás
toda la vida.

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