En los balcones de un mar desierto,
en los desiertos por habitar 
quiero dormido vivir despierto 
										
en los desiertos por habitar. 
Sobre el sol de tus tejados 
quiero vivir, pueblo de sierras. Sobre arpilleras. 
Como los gatos errantes de la pineda. 
Seguir los pasos de los pastores hacia los altos; 
sobre los riscos flotando olores de tiernos amores. 
En los balcones de un mar desierto 
en los desiertos por habitar 
quiero dormido vivir despierto 
en los desiertos por habitar. 
Seguir los pasos de los arrieros 
que son del viento. 
Con sus perros sin dueño. 
Cambiar de horizonte, cambiar creciendo, 
en la turbulencia del viaje incierto, 
del alegre río verde, fugaz 
en la serena noche constelada. 
De este viejo tren. 
De este viejo tren sin destino ni horario 
que no se ha de achicar del llano a la pendiente. 
En los balcones de un mar desierto, 
en los desiertos por habitar 
quiero dormido vivir despierto 
en los desiertos por habitar.