Hola, ¿qué tal? ¿cómo estás?
me alegra verte bien y además,
por otros me enteré que por fin ya…
ya no estás sola.
Yo sigo igual, ya lo ves
con unos años más, es verdad…
con menos ilusión, es normal…
la vida es dura.
Eso es verdad, ya lo ves
la vida se nos va sin querer
más puedo recordar que una vez
soñamos juntos…
Cuando los dos el amor
quisimos intentar sin lograr
podernos abrazar ni una vez,
la vida duele…
Cómo olvidar cuando en una reunión
rozamos nuestra piel
y el mundo se detuvo,
la confusión nos invadió a los dos
tratando comprender
qué estaba sucediendo.
Me quedé sin aliento,
no podía besarte
y en silencio te amé.
Cómo olvidar que después
nos fuimos a cenar junto al mar
tratando controlar la ansiedad
de estar tan cerca.
Pero después, ¿qué pasó?
jamás encontraré la razón,
pues algo sucedió
y al final nos detuvimos…
al amor nos negamos,
fuimos cobardes
y aquello se quedó… sin final.
Y hoy el ayer, repite la reunión
no, no se puede creer:
son cosas de la vida.
Estás aquí, de nuevo frente a mí
tratando conversar
pero estamos temblando
tal vez imaginando un final diferente
si volviera a pasar…
Es tarde ya y me iré
termina la reunión, ya lo ves…
Yo te puedo llevar, ¿dónde vas?
No, no me molesta…
Quizá tal vez, ¿por qué no?
quisieras conversar, como ayer
podríamos cenar junto al mar
como lo hicimos…
y quizá continuemos aquella historia,
que una vez se quedó sin final.