Album: Sus grandes éxitos

Es la gloria de muerto verano,
la que se ha dormido en mi corazón, es el trémulo gris del otoño, el que abre caminos con timido son.


Tras los campos de viñas doradas, el alma encendida se me adormeció, hoy me acercan lejanos y altivos, los vagos recuerdos que el viento llevó.
Laralalara...

Las verdades son solo palabras, que puedes creer o no, y hasta aquí el otoño crujiente, que un tapiz de hojas bordó.

Las cigarras morirán lentamente, cantando su himno con fiero tesón, y los campos vestirán de pardo, irónicamente en forma de adiós.

Y otra vez el otoño crujiente, dará a nuestras vidas un nuevo color, al barrer con su lluvia templada, impuros deseos de fuego y de sol.
Laralalara...

Las verdades son solo palabras, que puedes creer o no, y hasta aquí el otoño crujiente, que un tapiz de hojas bordó.

Y mis ojos se cierran dormidos, de tantos insomnios de tanto color, y mis manos se cruzan buscando, aquella otra mano teñida de sol.

Y otra vez el otoño crujiente, dará a nuestras vidas un nuevo color, al barrer con su lluvia templada, impuros deseos de fuego y de sol.
Laralalara...


(Gracias a Juan Antonio por esta letra)

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