Estaba la Reina Batata
sentada en un plato de plata.
El cocinero la miró
y la Reina se abatató.
La Reina temblaba de miedo,
el cocinero con el dedo
–que no, que sí, que sí, que no–
de mal humor la amenazó.
Pensaba la Reina Batata:
–Ahora me pincha y me mata.
Y el cocinero murmuró:
–Con esta sí me quedo yo.
La Reina vio por el rabillo
que estaba afilando el cuchillo.
Y tanto, tanto se asustó
que rodó al suelo y se escondió.
Entonces llegó de la plaza
la nena menor de la casa.
Cuando buscaba su yoyó
en un rincón la descubrió.
La nena en un trono de lata
la puso a la Reina Batata.
Colita verde le brotó
(a la Reina Batata, a la nena, no).
Y esta canción se terminó.
(Gracias a je por esta letra)