Duermo en un acorde má¡gico,
y despierto al oá­rlo tocar,
soy la esencia de la Humanidad.


Represento la promiscuidad
de las almas que enferman de paz,
me presento: soy la libertad
de tu cuerpo y no cobro con fe!

Y ahora dime: ¿cuá¡nto vale tu alma?
y ahora pide: ¿dinero o placer?
¿Sueá±as con curar el cá¡ncer?
El SIDA fue cosa de Yahvé.

Quiero estar junto a ti y alimentar tu boca,
hay veces que el dolor, duerme en una canción.
Y sé que moriré de amor decadente,
láºgubres besos ¡Quémate en Má­!

El Prá­ncipe de la Dulce Pena soy
y mi sangre alimenta tu ser.
La lujuria de mis alas
roza tus pechos y araá±a tu piel.

Bebe! Embriaga tus vicios.
Decide! Orgasmos o amor.
La áºnica Iglesia que ilumina es la que arde,
el Nazareno duerme en su Cruz.

Quiero estar junto a ti y alimentar tu boca,
hay veces que el dolor, duerme en una canción.
Y sé que moriré de amor decadente,
láºgubres besos ¡Quémate en Má­!

“Oh Seá±or, rey de la tristeza,
á¡ngel del dulce dolor,
bebe la hiel de mi boca,
blasfema, ven y hazme el amor.”

Quiero estar junto a ti y alimentar tu boca,
hay veces que el dolor, duerme en una canción.
Y sé que moriré de amor decadente,
láºgubres besos ¡Quémate en Má­!

Quiero estar junto a ti y alimentar tu boca,
hay veces que el dolor, duerme en una canción.
Si tocas en mi honor, saldré de este infierno,
dame tu alma, no quiero morir.

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