Duerme, duerme y sueña a tener

una vida sin la tentación


de delirios, de oro y poder,

de juzgar, aunque exista razón.



La avaricia es la esclavitud

del alma y de la libertad.

Que no te bese nunca la envidia,

que no te abracen el odio y el mal.



Duerme, duerme y sueña con ser

de tu mejor tesoro el guardián:

el amor que yo en ti he volcado,

de eso tienes mucho que dar.



No te engrandezcas con la riqueza

ni te apoques con la pobreza,

que ni la derrota ni el fracaso te impidan

ver que mañana otro día será.



Duerme, duerme, aquí estaré,

las nubes serán tu colchón,

que ni el viento ni la brisa te dejen

de acariciar, pues tú eres mi Don.



Duerme, duerme y sueña a tener

una vida sin la tentación

de delirios, de oro y poder,

de juzgar, aunque exista razón.

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