La niña del Albaicín
era una rosa de oro,
morena del alba y trigo,
y color de almendra en sus ojos.
La niña del Albaicín
vivía en un carmen moro
encerrada entre cancelas
con llaves y con cerrojos.
Cuando llegaba la noche,
llegaba también su novio,
y junto a la celosía
cantaba siempre celoso:
Tengo miedo, mucho miedo,
me da miedo de la luna.
Échate un velo a la cara,
cubre tu piel de aceituna
y apaga tus verdes ojos
por que son toda mi fortuna,
por que tengo, mucho miedo,
me da miedo de la luna
La niña del Albaicín
sube una tarde a la Alhambra
y allí la pilló la noche
llena de luna y albahaca.
Quiso volver y no pudo,
la luna le dio en la cara,
y un galán besó su boca
entre arrayanes y dalias.
La niña del Albaicín
huyó con él de Granada,
su novio la llora, llora,
la llora junto a la Alhambra.
¡Ay! Tengo miedo, mucho miedo,
me da miedo de la luna.
Se enamoró de su cara
y de su piel de aceituna,
se enamoró de sus ojos
y me robó mí una fortuna.
Y por eso me da miedo,
mucho miedo de la luna.
(Gracias a Alex por esta letra)