Ya me ves, debajo de un árbol,
ya me ves, sin nada que hacer,
me miró la realidad con tanta fruta que morder.


Ya me ves, otra vez palpitando,
ya me ves, volviendo a vibrar,
no hay manera de adivinar si el puto Murphy va a joder.

Ya me ves, con las ganas otra vez de volver a sentir de más, notar que estás aquí.

Ya me ves, otra vez degustando
ese plato adornando mi mesa; aprendí a cocinar diferente,
aprendí una nueva receta.

Ya me ves, otra vez deseando
que me sobren razones de más,
que no vuelva a sentir que despacio
es sinónimo de descuidar.

Ya me ves, a la sombra del árbol,
no sabiendo muy bien de qué voy,
si la fruta cuando madura es cuando tiene más sabor.

Ya me ves, esperando el milagro,
¿no lo ves? Que no pienso de más.
Si es de día, de noche, da igual,
qué gusto da desertar.

Ya me ves, con las ganas otra vez de volver a sentir de más, notar que estás aquí.

Ya me ves, otra vez degustando
ese plato adornando mi mesa; aprendí a cocinar diferente,
aprendí una nueva receta.

Ya me ves, otra vez deseando
que me sobren razones de más,
que no vuelva a sentir que despacio
es sinónimo de desviar.

Y quisiera entender que no duele después si calculé fatal,
y es que puedo notar lo brutal de nuevo.

Y si puedo mirar, también quiero tocar,
me lo monté fatal,
se me hace raro esperar.

Ya me ves, otra vez degustando
ese plato adornando mi mesa; aprendí a cocinar diferente,
aprendí una nueva receta.

Ya me ves, otra vez deseando
que me sobren razones de más,
que no vuelva a sentir que despacio
es sinónimo de descuidar.


(Gracias a Ana por esta letra)

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