Album: Que no nos cierren los bares

¡Enamorado de una monja!

Ella puso cuernos al novio
dejo a dios por mi paquete,
y desnudando los hábitos
bendijo el sesenta y nueve.

Vi su belleza en la calle
y una sonrisa me bastó
para que al fin desnudase
algo más que el corazón.
Vi sus ojos en mi fijos,
invitándome a actuar,
y conseguí con palabras
poder verla un día más.

Enamorado de sus pechos,
de su toca,
de una raza muy curiosa.

Vivo sin vivir en mi
y el resto de las tías
ya no me interesan,
vivo enamorado de una monja.
Y con citas prohibidas
perdidas de religión
se dio cuenta
que el orgasmo
no tiene amistad con dios.
Y abrió sus puertas al mundo
al comprender que el dolor
no es ninguna ley de vida
sino una equivocación.

Y renegó del convento
viendo su antigua ceguera,
para que el resto del tiempo
tenga el placer la bandera.

Hoy odia hablar del pasado,
que la perdió con engaños,
y la entristece pensar
en las hijas del más santo.

¡Enamorado de una monja!

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