Ella está sentada ante su whisky sin hablar
ni mirar a nadie, fiel a su papel de mujer fatal.
En el bar, algunos aún se atreven a espiar

ese gesto suyo peculiar
que hace al ir a pagar,
como avisando de que al fin se va.

Pero él no sabe nada. Y si su café
se ha quedado frío es normal que se ponga de pie,
y porqué no habría de acercarse hasta quien
sigue en la barra sin beber...
y pida un whisky y un café
si ella le ha mirado a él
no hay nada que perder.

Mientras tanto afuera empieza a llover.

No queda nadie en el bar.
Algunos ya no volverán jamás
Un whisky entero y un café helado
son restos del ayer.

Mientras tanto afuera empieza a llover.

Otra historia de ésos que suelen perder...
pero con final feliz por una vez.

No hace falta un porqué si ella
le ha mirado a él.
No hay nada que perder.

Mientras tanto afuera empieza a llover

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