Un dáa desperté con una resaca chunga, chunga, de cojones, no sé lo que hice ayer.
Al lado de la cama, yo vi un papelote todo sucio y arrugado, ¿qué coá±o puede ser?
Y cuando quise cogerlo y leerlo, muy pronto fui presa de una gran sorpresa,
y aunque yo me resistáa tuve que reconocer
que era mi caligrafáa.
De incongruencias que desafiaban la mayor de las paciencias habáa sido autor,
y no decáa nada, nada lógico, un mono del zoológico lo habráa hecho mejor:
los estertores de un cólico nefrático resultan congruentes, incluso inteligentes,
comparados con el fruto de mi mente enajenada
largando sobre nada.
Pero como soy muy ecológico, me dije que lo lógico seráa reciclar
el pobre papelito, ¡pensar que, para esto, un inocente arbolito tuvieron que talar!
Y muy pronto encontré para él un lugar muy chulo, junto al papel del culo.
Allá su presencia seráa de gran utilidad
un dáa de emergencia.
Y al cabo de unas horas, se vino a comer el gorrón de mi cuá±ado, ¡quién coá±o le ha invitado! Animalito, traáa un apretón de tres pares de cojones con retortijones.
Sudaba, temblaba y sólo pensaba en poner un huevo, quedarse como nuevo.
Con los ojos en blanco, hasta el trono se arrastró
y se puso a la faena.
Salió de allá sin limpiarse la zurraspa ni tirar de la cadena, imagánate qué escena,
¡qué táo má¡s marrano! Blandáa en su mano aquél texto inhumano con cara de emoción.
Me abrazó, me besó, me mordió, y lloró de alegráa ¡creá que se corráa!
y me dijo como pudo cuando recobró la voz:
"menuda poesáa"
Y se puso a hacer una canción, pues aquella aberración desató su inspiración,
y le puso un ritmo unch, unch y aá±adió un estribillo de dua dudua
y en tan sólo cuarenta segundos habáa parido el tema má¡s podrido,
la cosa má¡s horrenda que escuchó la madre Gea,
enfermizamente fea.
Y se vendieron en una semanita millones de compactos de aquel tema putrefacto.
¡Y yo que estuve a punto de emplear la canción del verano para rebaá±arme al ano,
ahora que soy rico, con billetes de diez mil me lo dejo bien limpito, ¡pobre principito!
¡Pobre principito!
By Fistan Majere