Lo que corre en mi sangre
es la esencia bendita
de una hermoza mujer


Lo que mora en mi alma
es sólo su querer

Y aunque tengo en mis manos
de empezar nuevamente
la posibilidad
no me cabe en la mente
ver otra realidad

Conforme pase el tiempo
sólo espero el momento
de volverme a mirar
en los ojos que encerraron mi existir y no dejar un fin.

De aquella mujer bonita,
de imagen tierna,
llena de luz;
quiero oir el dulce tono
de su voz
diciendome que no era enserio aquel adios

A aquella,
que hizo conmigo
de aquel mendigo
falto de amor
su mas fiel y enamorado soñador

A aquella,
que a mi vida le cambio el color
yo busco hoy

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