Ese viaje que hicimos
no lo voy a poder olvidar.
Pasan imágenes por mi cabeza
que apenas me dejan estar.
Tú te pusiste delante,
dijiste que ibas a conducir,
con una sonrisa tan grande
que no pude más que sonreír.
Todo el camino esquivando camiones,
mi corazón se iba a salir
cada vez que te volvías a mirar hacia mí.
Me preguntaste si estaba asustado,
y yo no sabía que decir,
sólo pensaba que no me importaba morir.
Latas vacías de cerveza
se apilaban en el asiento de atrás,
hasta la próxima gasolinera
donde parar a por más.
No me preguntes si te echo de menos
porque no podría mentir,
pero he traído un regalo
que puedes oír,
que te haga sentir
lo que siento yo aquí.