En el castillo de donde las dan las toman
hay una cama reservada para ti.
Alguien te vio salir volando en una escoba,
no había necesidad ninguna de mentir.
Y no es que yo este disfrutando
mirando como sufren los demás,
pero es que ya iba siendo hora
de que compruebes por ti misma
como duele lo que sueles regalar
a quien sólo te adora.
En las revistas tan bonitas que te compras
están contando mentiras sobre ti.
No quiero hacer leña del árbol justo ahora,
pero de ésta cómo vas a salir.
Si necesitas una mano
ya sabes donde tienes que llamar
para que te den de lado,
que yo estaría encantado
si pudiera devolverte la mitad
de lo mismo que me has dado.