Como un perro defendía los colores del campeón.
En las tablas los domingos su presencia no faltó.
Pisando el caño enroscado en los trapos
los brazos arriba empujando el fervor.
Garganta caliente grita lo que siente
descarga emociones desde el corazón.
Cuántas noches en vela por ir en la punta.
Cuánto veneno paso por este lugar.
Cuando gritan los goles sabes
su locura se siente presente,
el alambrado guarda su lugar
para volver a alentar.
Dale dale campeón.
Corridas, movidas
que nunca faltaban,
Las piedras pasaban
te voy a matar.
Cayó sin respiro ni aliento
a su equipo
su alma quedaba
en aquella emboscada.
Sabes cuántos le dijeron
no vas a durar,
pero nada le importaba
iba al frente igual.

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